árbol

me enamoré de pronto
de su unicidad
tan parecida a todos los demás
de la belleza de su contradicción
y de la contradicción de su belleza

me enamoré enseguida
de su dolor florecido
de su alegría punzante
de su verdad contrariada
de su intrincada simpleza

me dijo: no te acerques
no haré más que lastimarte

y tenía razón, pero no pude evitarlo
lo abracé con fuerza
y lloré hasta por la piel

2 comentarios:

Kluivert dijo...

Muy lindo, Pe.

Fer dijo...

faaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!
también yo, PE, también yo.